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Espacios públicos más seguros para las mujeres

Espacios públicos más seguros para las mujeres

El derecho a vivir una vida libre de violencias trasciende, por supuesto, al espacio público; empoderarse frente al uso y disfrute del espacio público y sus oportunidades es también un derecho de todas las mujeres. Sin embargo, este derecho se ve limitado por las diferentes formas de violencia a las que se enfrentan diariamente.

Tomar el transporte público, caminar por las calles o simplemente sentarse en un parque pueden convertirse en escenarios de riesgo para las mujeres, riesgo de vivir comentarios incómodos, tocamientos, violencia física, violencias sexuales y hasta homicidios, eventos que impactan su salud y bienestar y, claro, el tejido social. 

Espacios públicos más seguros para las mujeres

Es indiscutible que hombres y mujeres habitan el espacio público de maneras distintas y muchas de estas formas de apropiarse o empoderarse del mismo responden a la percepción de seguridad. Por ejemplo, es común que las mujeres se sientan más inseguras en estos escenarios y como resultado de esta percepción de vulnerabilidad, limiten su movilidad o tengan que cambiar con frecuencia sus rutas diarias, eviten ciertos lugares o actividades y hasta se vean obligadas a cambiar sus formas de vestir con el único objetivo de disminuir el riesgo de vivir acoso sexual u otras formas de violencia. 

Como respuesta a esta problemática que se vive en el espacio público se proponen diferentes estrategias, algunas involucran aspectos de infraestructura como los alumbrados y mantenimiento de los espacios abandonados, o mayor presencia policial. Otras estrategias tienen que ver con acciones de pedagogía y campañas que le apuestan a la transformación cultural frente a los imaginarios y estereotipos de género que definen, en gran medida, lo que se espera de hombres y mujeres, incluso en el uso y disfrute de los diferentes espacios públicos, por ejemplo, cuestionar el hecho de que la noche no sea para las mujeres o que sea normal que los hombres den piropos en la calle. 

Espacios públicos más seguros para las mujeres

Otras acciones, son en gran medida impulsadas por las mismas mujeres, reconociendo su capacidad de agencia y mecanismos de autocuidado como es el caso del uso de la bicicleta, la cual, históricamente ha representado el empoderamiento y la autonomía para las mujeres. Otras estrategias promueven el sentido colectivo, en el que grupos de mujeres se organizan para hacer viajes juntas, acordar horarios y rutas para los encuentros, tener grupos virtuales de comunicación e, incluso, estrategias para reaccionar ante los eventos de violencia, estrategias que de alguna manera aumentan su percepción de seguridad. 

Espacios públicos más seguros para las mujeres

Sin embargo, pese a los esfuerzos que se hacen para erradicar las violencias contra las mujeres, estas persisten, en gran medida porque dichas formas de violencia son invisibilizadas o naturalizadas, es decir, no se reconocen como violencia. El primer paso que nos involucra a todos y todas es reconocer que la violencia no es normal, ni hace parte natural de las relaciones humanas; dejar de tolerar estos eventos, de disfrazar el acoso sexual callejero con «piropos», o de pensar que la violencia contra las mujeres solo se vive en casa o en el espacio privado, que es responsabilidad o culpa de las mujeres por sus formas de vestir o actuar, o que exageran por sentirse incómodas con estas situaciones, son acciones que movilizan el cambio y la transformación social. 

Finalmente, es importante promover espacios de conversación y reflexión sobre el tema, con amigos, familia, compañeros, colectivos. Algunas preguntas que pueden invitar a este ejercicio son: ¿cómo imaginan un espacio seguro para las mujeres?, ¿qué se necesita?, ¿qué se está haciendo?, ¿cómo yo podría aportar?, ¿por qué moverse de manera segura  es un derecho humano? Estos espacios de debate y conversación, sin duda, permitirán conocer diferentes puntos de vista e identificar la relación que tienen hombres y mujeres con el territorio, con el espacio que habitan y, por supuesto, reconocer la importancia de disfrutar y apropiarse del espacio público sin miedo, como un ejercicio de garantía del derecho a una vida libre de violencias.


Si eres víctima de cualquier tipo de violencia, puedes comunicarte a las líneas de atención nacional:
123 Línea de emergencia
141 Línea de atención del ICBF para niños, niñas y adolescentes
155 Línea de atención a mujeres víctimas de violencia.  

Espacios públicos más seguros para las mujeres


Elaborado por: Laura Melissa Liscano Pinzón.
Referente género, diversidad y vida libre de violencias ICBF

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